- Año: 2013
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La intervención en el antiguo edificio de la GNR (policía militar) reúne todo el concepto de dinamismo de la Capital Europea de la Juventud Braga 2012. El proyecto utiliza el concepto de ocupación como motivo. La ocupación por el hombre y la naturaleza. Se explora el límite entre una estructura existente abandonada y una nueva construcción invasora que se haga cargo del espacio. Un espacio en constante regeneración, en lugar de un objeto final.
El edificio debe ser central en las industrias creativas. Debe ser un edificio en contra de la norma, el límite, la disciplina. Simbólicamente se contrasta con el uso previo de GNR para un espacio que se encuentra en sus antípodas, el "Laboratorio de Generación". Para lograr que deje de ser una pieza indiferente del rompecabezas de la ciudad. Debe tener la capacidad de moverse, crear controversia y gritar en voz alta. En una época de cambios y celebrar el espíritu de la juventud, la construcción de la GNR no puede permanecer invisible, como un observador silencioso en la plaza adyacente, junto a sus compañeros. Tiene que saltar a la arena, subir al escenario y llevar lentejuelas.
En el exterior hay dos tipos de intervención. Una acción directa sobre el edificio existente, con recortes de las fachadas, incluyendo las ventanas de la planta baja que se arrancaron hasta el pavimento, reconociendo de esta manera todas las fachadas del edificio, como fachadas nobles.
En la esquina de la fachada un recorte más brusco sugiere la ruptura del nuevo desarrollo. Una herida abierta que expone el edificio y su interior capta la atención del espectador hasta este punto. Aquí comienza la primera intervención de un edificio que presenta una cara nueva. Es la metáfora de un edificio en desequilibrio, que explora los límites del miedo a la aventura, lo desconocido y por lo tanto el movimiento y la inconformidad constante.
El segundo nivel de intervención sugiere una "invasión" de espacio y patios traseros con una mezcla de planta e infraestructura, que "agarra" las fachadas, y remodela la imagen de los lotes interiores, haciendo hincapié en el concepto de espacio semi-ocupado que se consignó en el tiempo. El proyecto trabaja por capas estratificadas, soportando el proyecto en esta relación temporal, que actúa como el padre de la nueva generación. Esta nueva actitud audaz tiene sus raíces en la historia.
Se crea un marco de metal alejado de la fachada para permitir el paso de tuberías detrás de la parte delantera, soportando y compomiendo los vasos que sostienen la estructura de la planta. En ocasiones, estos vasos se sustituyen por áreas de cristal translúcido o placas, que muestran algunas de las características de los espacios interiores. Puede ser una entrada, una extensión de un eje visual o un balcón que aparece de forma inesperada, en el patio, como un "púlpo".
A partir de esta intervención que se ajusta a los patios, hay una gran apertura al espacio público, a la calle Avenida Visconde Nespereira. Esta inauguración se presenta como un espacio vacío que sugiere la ampliación del espacio público en el interior y viceversa, como el juego de la cuerda. Este espacio vacío es una pieza clave en la relación que se establece con la ciudad de Braga, por lo que sugiere la demolición del muro existente, creando una solución alternativa con gran permeabilidad física y visual.
Esta composición también se expresa como una nueva pieza que se implementa, visible y distinta de su anfitrión.